La santa
Esta historia, aunque esta narrada en la actualidad, se realiza en un largo tiempo, que empieza cuando era papa Pío XII.
Margarito Duarte tuvo que desenterrar a sus difuntos ya que el cementerio desaparecería por la construcción de una represa. Tuvo que exhumar de allí a su mujer y a su hija. La sorpresa fue tremenda al comprobar que su hija estaba intacta. Con la ayuda de todo el pueblo se trasladó desde Tolima , hasta Roma. Llevaba consigo en todo momento el baul donde estaba el cuerpo intacto de su hija.
Su propósito no era otro que el Vaticano reconociera como santa a la niña. Cuando Margarito llegó a Roma era papa Pío XII. Intentó sin ningún éxito una audiencia con él, aunque esto no le desmoralizó y siguió de un lado para otro.
Margarito era un hombre reservado y con una idea fija, conseguir lo que le había llevado a Roma, y no acostumbraba a relacionarse con nadie. Sin embargo, el paso del tiempo consiguió que este hombre llegara a tomar cierto contacto con otros huéspedes de la pensión: un estudiante de arte y un tenor junto con la señora que regentaba la pensión fueron quizás los que más consiguieron acercarse a él.
Durante 22 largos años siguió su peregrinar, recibiendo en ocasiones promesas que nunca se llegaron a cumplir, siempre con su baul a cuestas. Cuando se refería a su hija le decía “la santa”, y todos ya en Roma también la conocían así.
En esos 22 años murieron cinco Papas. Sin embargo él, aunque viejo y cansado, seguía con el empeño de conseguir lo que le llevó a Roma.
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